Aspiramos a un equilibrio con la naturaleza y esto pasa por tener una nueva relación de respeto con los animales. Si seguimos siendo indiferentes a su sufrimiento no habremos crecido como sociedad y perpetuaremos una cultura de violencia en la que nadie quiere ver crecer a sus hijos.
Es preciso considerar la salud pública, la sobrepoblación y vacunación, las corridas de toros, las peleas de gallos y de perros. Asimismo el tráfico de animales silvestres, la deforestación y pérdida de su hábitat y la situación de los animales de consumo.
Todo esto tiene que cambiar, los animales merecen nuestro respeto y tienen sus derechos, son engranajes dentro de los ecosistemas y parte de un TODO, son nuestros hermanos menores. Por lo cual se hace necesario cambiar inclusive nuestros hábitos alimenticios, educarnos e impulsar leyes que también los amparen.