Aunque los teléfonos celulares son convenientes, son cualquier cosa excepto inofensivos para la salud debido a su radiación electromagnética. Los niños y adolescentes son especialmente susceptibles a la radiación de microondas. Ellos tienen los huesos del cráneo más delgados, y un sistema nervioso más sensible, un sistema inmunitario menos robusto y puesto que aún están en crecimiento tienen una tasa de división celular incrementada. Por eso el daño celular causado por la radiación se difunde mucho más rápido en sus cuerpos.
En el 2005 La Cámara Médica de Viena ya había sugerido que los niños menores de 16 años no deberían estar usando un teléfono celular. La Cámara Médica de Viena se unió a las recomendaciones de La Junta de Protección Radiologica Nacional Británica y a La Sociedad Danesa de Cáncer. Si aún no puedes convencer a tu hijo de estar sin un teléfono celular, puedes pedir mayor información sobre el manejo de los teléfonos celulares en nuestro folleto «Telefonía móvil – ¡Móviles fuera!»