Cuando se cocina en un horno de microondas, la estructura molecular del alimento es completamente destruida. El sistema inmunológico identifica tal alimento como un cuerpo extraño y responde con un incremento de los glóbulos blancos de la sangre, linfocitos y trombocitos (plaquetas) mientras al mismo tiempo hay una reducción de los glóbulos rojos. La sangre examinada bajo el microscopio se parece al mismo estado que se encuentra al comienzo de un proceso canceroso. Por esta razón los hornos de microondas ni siquiera deberían ser usados para descongelar alimentos o calentar bebidas o comidas.
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