La semillas, las hojas, las flores, la corteza y las resinas de los árboles han sido parte del valioso tesoro medicinal de la fitoterapia durante miles de años. Nuestros antepasados veían los poderes curativos de los árboles como “energía divina”, atribuida a los dioses o santos, y también a seres elementales y espíritus de los árboles. Estos ayudantes tenían su asiento en el árbol sagrado. Estos poderes no sólo servían para eliminar enfermedades, sino que también se llevaban los deseos, los juramentos y las preocupaciones a los árboles.
El roble (Quercus) era particularmente venerado como árbol sagrado. Hay alrededor de quinientas especies de robles en el mundo que principalmente crecen en Europa, Norteamérica y Asia que pueden alcanzar una edad de más de 1000 años.. El roble pertenece a la familia de las hayas y representa poder interno, fortaleza y resistencia. Su dura madera es un excelente material de construcción. Bajo el agua y en ausencia de aire, ¡se vuelve tan duro como el acero! Antiguamente las bellotas eran uno de los alimentos básicos más importantes. Su contenido de potasio y magnesio es muy elevado, y también contiene calcio, hierro y vitamina B6. Sin embargo, las bellotas crudas no son adecuadas para el consumo debido a sus taninos y sustancias amargas.
En la medicina popular, las hojas recogidas en junio que se secaban sin triturar, o la corteza pelada de las ramas tiernas de marzo a abril se utilizaban para tratar la diarrea debido a su contenido de taninos. La ciencia ha confirmado la eficacia de la aplicación externa de la corteza del roble como terapia astringente y antiinflamatoria para las enfermedades inflamatorias de la piel con prurito. En yemoterapia los brotes se utilizan para fortalecer todo el cuerpo, especialmente durante la convalecencia. La terapia floral de Bach también utiliza el poder del roble. La flor del “roble” se considera la flor de la resistencia que suavemente nos conduce desde el negativo “tener que” hasta “el querer” en forma consciente.
Incluso el café elaborado con bellotas tostadas y amargas es considerado un remedio. El café de bellota es más que un simple sustituto de los granos de café en tiempos de necesidad; se usaba para tratar la gota, la acidez estomacal, la flatulencia, la mala digestión, los problemas intestinales y estomacales, para proporcionar alimentos nutritivos a los niños con raquitismo y para ayudar a la recuperación de las personas después de una larga enfermedad. El café de bellota tiene un aroma parecido al del caramelo y sabe bien solo o con leche y miel. Si se desea también se puede añadir cardamomo, canela y clavo.
La medicina moderna con árboles también se centra en el acercamiento y el encuentro con los árboles. Los científicos han descubierto que pasar un tiempo cerca de los árboles promueve la actividad de la células asesinas que combaten los virus y las células cancerosas en el cuerpo humano. Los árboles activan y fortalecen nuestro sistema inmunitario y con sólo mirar los árboles o los espacios verdes se tiene un efecto aliviador y relajante.
Puedes ver estos pocos ejemplos cuánto poder (sanador) hay en un solo árbol. Y ni siquiera hemos mencionado las muchas otras funciones de los árboles – por ejemplo en relación con el ciclo del agua o el clima. Entonces, ¿por qué no aprovechar este día en honor a los árboles para agradecerles por su poder sanador y su inestimable servicio? Apóyate en un árbol que elijas o siéntate en sus raíces, abrázalo, siente su energía, escucha su tronco, toca sus hojas y brotes, respira su aroma. Verás este árbol con otros ojos en el futuro.
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