Todo el mundo quiere una vida plena y feliz. Buscamos el equilibrio y la paz interna y queremos dominar nuestra vida de forma sana y segura. Para ello, necesitamos un estado anímico estable y positivo que nos ayude a superar los altibajos de la vida.
Los sentimientos positivos tienen un enorme valor para nuestra salud mental y física. Activan nuestros poderes de autocuración, fortalecen nuestro sistema inmunitario y mejoran nuestra calidad de vida. Los buenos sentimientos también nos permiten desarrollar nuestro potencial individual y florecer nuestra verdadera humanidad.
Sin embargo, si experimentamos sentimientos negativos como miedo, soledad, ira, tristeza o estrés, esto puede impedirnos avanzar en la vida. Los sentimientos negativos persistentes pueden
incluso causar enfermedades. Éstas no ocurren “por accidente”, sino que surgen como resultado de un estado emocional estresante que ha existido durante algún tiempo.