Gracias a su gran superficie, la arcilla curativa puede absorber diversas toxinas, venenos bacterianos y amoníaco, impidiendo su entrada al torrente sanguíneo. Además, neutraliza el exceso de ácido del estomago y retiene los gases intestinales, ayudando a aliviar la flatulencia y la hinchazón. ¡Todo esto beneficia a nuestras bacterias intestinales!