Mi Cuerpo, ¿una Máquina? – La Abolición del Espíritu

Sebastian Hausmann-Z’graggen, Dr. rer. nat. Biologia, Winterthur, Suiza

 

El Dr. Sebastian Hausmann Z’graggen presentó la tendencia actual de ver a los seres humanos cada vez más como máquinas que pueden ser controladas electrónicamente y «optimizadas» desde el exterior mediante inteligencia artificial. El objetivo de este desarrollo es liberar al cerebro de las limitaciones del cuerpo humano hasta el punto de que las funciones corporales sean controladas por inteligencia artificial y las partes del cuerpo sean reemplazadas por réplicas externas (exoesqueletos) con control electrónico.

La escuela de pensamiento subyacente del “transhumanismo” se basa en dos supuestos básicos que deben ser cuestionados: por un lado, el materialismo, que considera la naturaleza como materia muerta (y niega la animación de un espíritu residente), y por otro lado, El darwinismo, que considera la “competencia de las especies” como la razón de la evolución (y descarta el fenómeno de la simbiosis entre especies). Los transhumanistas concluyen que no hay diferencia entre el hombre y las máquinas y que el hombre compite con las máquinas en su evolución. Si los humanos quisieran sobrevivir, tendrían que convertirse en máquinas.

De hecho, la creciente avalancha de datos que genera la información de los rastreadores GPS al enviar las coordenadas de posición, al usar teléfonos móviles y teléfonos inteligentes, en medicina, dispositivos portátiles con sensores en la ropa, así como en relojes, pulseras y anillos de estado físico, es imposible realizar un seguimiento sin un ordenador. Se registran grandes cantidades de funciones corporales y también se envían a las compañías de seguros de la salud, aunque esto también puede tener consecuencias adversas para el usuario de estos dispositivos. Las consideraciones llegan incluso a reemplazar partes sanas del cuerpo de una persona con máquinas que sean más eficientes. En este caso, el cerebro se convierte en la interfaz entre la máquina y el ser humano. Por lo tanto, faltan los sentimientos y la conciencia. Los transhumanistas incluso llegan a decir que la mente también debe ser registrada en ordenadores a través de un neuroenlace, es decir, la recuperación de datos del cerebro, aunque los experimentos con monos han fallado en este sentido.

El orador contrastó la posición del transhumanismo con el relato del filósofo Bernardo Kastrup, que señala que el cuerpo no puede verse separado de la conciencia, sino que la conciencia es la fuerza controladora. El materialismo no pudo mostrar cómo se produce la experiencia. Kastrup apoya su tesis con resultados de investigaciones nauro-fisiológicas que prueban que incluso una menor actividad cerebral conduce a una experiencia más rica. Lo contrario es cierto para un chip de ordenador, por lo que nunca podra imitar un cerebro humano, y mucho menos la conciencia. Concluye: No podemos mejorar o reemplazar la naturaleza con medios técnicos, sólo podemos cooperar con ella.

Así, el Dr. Sebastian Hausmann Z’graggen también llegó a la conclusión en su presentación de que la separación de la mente (conciencia) del cuerpo y la sustitución del control de la conciencia, por medio de la inteligencia artificial, es un error fatal. La conferencia mostró claramente que la explotación del hombre y la naturaleza se basa en una visión del mundo equivocada. El materialismo fundado por Isaac Newton no es la solución, porque la esencia de la realidad es espiritual y no material. No podemos reemplazar el cuerpo con máquinas y debemos aceptarlo como es.

 

23 octubre 2022, Hotel Mövenpick, Regensdorf