Los Gigantes Subestimados – Cómo los Árboles Regulan el Clima

Sebastian Hausmann-Z’graggen, Dr. rer. Biólogo Nat., Winterthur, Suiza

 

Para muchas personas, las emisiones de CO2, son el problema más apremiante de nuestra época. Pero cuando se menciona el cambio climático, difícilmente alguien habla de los árboles y los bosques de nuestro planeta y su correspondiente papel.

En realidad, sólo el 0.03% del dióxido de carbono (CO2) se encuentra en la atmósfera. Sin embargo, no sólo en la atmósfera, sino como alimento para las plantas en el suelo, donde se usa por las plantas para la fotosíntesis y se convierte en oxígeno (O2). Por lo tanto la concentración de dióxido de carbono, depende entre otras cosas, de los ciclos de crecimiento y cosecha de las plantas. Los ciclos solares, los ciclos de la órbita de la Tierra alrededor del Sol, y el gradual enderezamiento del eje de la Tierra también influyen en las temperaturas de nuestro planeta. Sólo las distancias de oscilación de la Tierra respecto al Sol generadas por la órbita elíptica de la Tierra producen casi el 10% en las constantes solares y por lo tanto provocan un cambio de temperatura.

En relación al aumento de la temperatura de la atmósfera de la Tierra y al crecimiento de la población mundial, la escasez de agua también es un problema. El 97% del contenido total de agua es agua salada y sólo el 3% es agua dulce en la Tierra. Una gran parte del agua dulce está congelada en los glaciares y capas de hielo (68.7%). Sin embargo, el problema, no es que haya muy poca agua dulce, sino que ya no se distribuye de manera uniforme. De los 120.000 km3 de agua que se evaporan a nivel mundial cada año y se distribuyen mediante el ciclo del agua en la atmósfera y luego retornan en forma de lluvia, el 60% se evapora de la superficie del agua. Una cantidad considerable del 40% se evapora de la superficie de la Tierra, de la que el 60-80% es evaporada por los árboles y la vegetación y sólo el 20-30% proviene de las aguas.

Esto demuestra en forma clara que los árboles juegan un papel importante tanto en la regulación de la temperatura de la atmósfera de la Tierra como del agua. En promedio, un árbol evapora 400 litros de agua por día, creando refrigeración por evaporación. Por lo tanto, un sólo árbol maduro realiza una increíble cantidad de trabajo, que se compara con la potencia de 9 aires acondicionados funcionando las 24 horas. Además, se ha observado que cuando hay suficiente vegetación, sólo el 5-10% del calor del Sol calienta el aire y el suelo. En estos lugares, el restante 80-90% se usa para la transpiración (la evaporación de agua por los árboles y las plantas). En comparación, en zonas con insuficiente vegetación, ¡hasta el 90% del calor es transferido al aire! En este momento, el Dr. Hausmann Z’graggen también se refirió al reciente concepto de “ríos voladores”, que describe el fenómeno global del transporte de agua sobre la superficie de la tierra por los árboles y las plantas.

La tala de la selva tropical (42.000 km2 o ¡10 campos de futbol por minuto!) Es la mayor amenaza para este ciclo del agua. Esto se debe a que sólo llueve donde hay necesidad de lluvia. Por ejemplo, donde hay bosques y vegetación. Más árboles y lluvia proporcionan una mejor regulación de la temperatura (impresionante ejemplo: “Bunny Fence” en Australia). Las estadísticas demuestran que la evaporación de agua total se ha reducido de 4-5% cada año desde 1950 hasta el 2000. Debido a la masiva deforestación, la capacidad de transporte total de agua de los ríos voladores ha llegado a un punto muerto, cantidades considerables de agua son retiradas del ciclo hidrológico resultando en un pérdida de la capacidad de enfriamiento. Hasta un 40% del cambio del clima de la Tierra se debe a la deforestación.

Entonces ¿qué podemos hacer? Finalmente, el hombre tienen en sus manos cuanta vegetación crece. Por lo tanto en la agricultura deberíamos tratar de cubrir y plantar el suelo en forma permanente tanto como sea posible (ejemplo: con intercalado de cultivos, disminución de la siembra o labranza cero) y promover la formación de humus en el suelo, ya que el humus puede absorber agua hasta un 90% de su propio peso. Es hora de un nuevo paradigma del agua que proporcione más vegetación (en lugar de por ejemplo; superficies cubiertas de hormigón o asfalto) y reservas de agua en las ciudades (“ciudades esponja”) para que el agua pueda ser devuelta al ciclo del agua tan rápido como sea posible. Tenemos el conocimiento y la experiencia de cómo incluso las superficies erosionadas pueden transformarse de nuevo en paisajes ricos en agua con la ayuda de la vegetación y los árboles, como el orador demostró en forma impresionante usando el ejemplo de la meseta de Loess en Huabei, China.

“El mejor momento para sembrar un árbol fue hace veinte años. El siguiente mejor momento es ahora,” El Dr Sebastian Hausmann Z’graggen concluyó su conferencia con un proverbio ugandés.

 

21 octubre 2022, Hotel Mövenpick, Regensdorf